La excesiva carga de trabajo y sacrificios que, en no pocas
ocasiones, asumimos de forma voluntaria, con el aparente objetivo de
vivir mejor, y que, en la mayoría de los casos, solo sirve para alimentar
nuestra vanidad, pueden llegar a provocar, más temprano que tarde, precisamente
el efecto contrario. Si a esto le unimos que vivimos esclavos de la inmediatez, en la era del "más deprisa todavía", cometiendo el error de considerar la vida como una emergencia, las posibilidades de encontrar la serenidad y el equilibrio personal se vuelven más difíciles, complicando aún más, si cabe, nuestra existencia. La derivada es que las personas, atrapadas en la tensión
que provoca el mundo laboral, las largas jornadas de trabajo, los problemas
cotidianos del hogar, el escaso tiempo dedicado al descanso, etcétera, unido al
cada vez más complicado y exigente entorno en el que vivimos, sufren de nerviosismo y estrés (entendido este como una versión de la ansiedad generada por el trepidante ritmo de vida que absorbe todo nuestro tiempo),
reducen paulatinamente la relación con la familia y amigos, pasan a vivir en un
mundo que no les es propio y, poco a poco, de forma inexorable, terminan en el
aislamiento. La desmedida ambición por alcanzar éxito profesional, cegados por
los beneficios que, no siempre de forma acertada, se le atribuye, lleva a
muchas personas a una situación límite que desemboca en su propio fracaso
personal, lo que, a la postre, cautivos de sus propios errores, terminarán con
todos sus sueños y proyectos. Excesivo precio para tan corto recorrido, máxime
considerando las tantas veces escasos y siempre efímeros resultados, que puede
hipotecar el resto de nuestras vidas.
Desgraciadamente, en
los últimos años de nuestra existencia, en el ocaso de la vida, cuando los recuerdos
se amontonan en la mente y hacemos el
balance de nuestro pasado, es bastante penoso de aceptar como las alegrías
proporcionadas por todo lo que hemos conseguido, quedan, muy frecuentemente, empañadas por la melancolía de todo lo que
hemos perdido. En estas ocasiones, todos desearíamos fervientemente tener la
posibilidad de rectificar; pero, en ese momento, ya es demasiado tarde.
Como no siempre tenemos, o más bien no
intentamos buscar, la ocasión de pausar nuestra frenética dinámica cotidiana,
para pararnos a reflexionar unos momentos sobre nuestra propia existencia, lo
que seguramente nos haría modificar muchas de nuestras pautas de comportamiento
y cambiar algunos criterios, me parece oportuno incluir en este breve
comentario algunas expresiones que, si nos paramos a meditar, nos podrían ayudar a ello.
TO REFLECT
The excessive workload and sacrifices that, on many occasions, is made in voluntary form, with the
apparent aim of achieving a better life, and that, in most cases, only serve to
feed our vanity, can lead us, sooner or later, precisely an opposite reaction.
If to this we add that we live slaves of immediacy, in the era of "faster yet," committing the mistake of looking at life as an emergency, the chances of finding serenity and personal balance become more difficult, further complicating our lives. The derivative is that people, caught for the tension exerted by the world of
work, the long hours of work, the everyday problems of the home, the little
time devoted to rest, etc., coupled with increasingly complicated and demanding
environment in which live, suffer from anxiety and stress (understood as a version of the anxiety generated by the fast rhythm of life that takes all our time), reduce gradually the relationship
with family and friends, go to live in a world that is foreign to them and,
gradually, inexorably, ending in the isolation. The inordinate ambition to
achieve professional success, blinded by the benefits, that not always, are
attached to it, leads many people to an extreme situation that leads to their own
personal failure, which, ultimately, captives by their own mistakes, end with
all their dreams and projects. Excessive price for such a short trip,
especially considering the often scarce and always ephemeral results, which may
mortgage the rest of our lives.
Unfortunately, in the last years of our existence, in the twilight of life, when memories crowd the mind and we make the balance of our past, it is quite painful to accept as the joys provided for everything we have achieved, are very often fogged by the melancholy of everything that we lost. On these occasions, all us would wish fervently be able to rectify; but, in that time, it's too late.
Unfortunately, in the last years of our existence, in the twilight of life, when memories crowd the mind and we make the balance of our past, it is quite painful to accept as the joys provided for everything we have achieved, are very often fogged by the melancholy of everything that we lost. On these occasions, all us would wish fervently be able to rectify; but, in that time, it's too late.
As not always we have, or perhaps do not try to find, enough time to pause in our daily dynamics to reflect on our own existence, which we surely would change many of our patterns of behavior and change some criteria, I seems appropriate to include, in this brief commentary, some expressions that, read carefully and meditated deeply, could us to help that to do it.
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Cuando la ambición se convierte en codicia, no tiene más límite que el de la propia destrucción de quien la padece.
When ambition becomes greed, has no limit other than the self-destruction of the one who suffers that.
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Cuando nos
olvidamos excesivamente de los demás, corremos el riesgo de que estos se olviden completamente de nosotros.
When we forget too much of others, we run the risk that they completely forget of us.
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El obrar siempre de acuerdo con nuestra conciencia, es la mayor garantía de vivir en paz los últimos años de nuestra existencia.
The act always according to our conscience, is the best guarantee to live in peace the last years of our existence.
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La ingratitud es la moneda que utilizan los miserables para pagar los dones, bienes y favores que reciben.-
The ingratitude is the currency used by the miserable for to pay the gifts, goods and favors that they receive.
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Si hay muchas vidas miserables, es porque todavía quedan muchos miserables con vida.
If there are many miserable lives, is because there are still many miserable with life.
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Sólo hay algo tan importante como nuestra vida: la huella que dejemos cuando la abandonemos.
Only there's just something as important as our lives: The footprint we leave when we are gone.
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Aunque en la vida es
imprescindible marcarse objetivos, lo más importante no está en los que establecemos, sino en los caminos que emprendemos para consegirlos.
Although in the life is essential set goals, the most important is not what we establish, but the roads we take for to get it.
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Más importante que celebrar los triunfos es aprender de los errores. No existe mayor error que no haber corregido el último cometido. Cada fracaso nos enseña algo que necesitábamos aprender. Hay que tener en cuenta que el éxito oculta lo que el fracaso descubre.
More important that celebrate the triumphs is learning from mistakes. There is no greater mistake that not having corrected the latter committed. Every failure teaches us something we needed to learn. Keep in mind that the success usually hides what the failure always discovers
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EN CONCLUSIÓN / TO CONCLUDE
En
un mundo tan material como el que hemos construido, en el que hemos vuelto a
colocar en los altares el becerro de oro, quedando los sentimientos subordinados
a los intereses, es importante volver a plantearse las eternas cuestiones
vitales de nuestra existencia: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde
vamos? En este escenario, recurrir a lecturas como el “Soliloquio de Segismundo”,
de Calderón de la Barca, o “Coplas por la muerte de su padre”, de Jorge Manrique,
entre otras, son más que adecuadas para la ocasión y pueden proporcionarnos una
adecuada terapia.
In
a world as material as we have built, in which we again placed on the altars of
the golden calf, and the feelings being subordinated to the interests, it is
important to rethink the eternal vital questions of our existence: Who are we ?
Where do we come? Where do we go? In this scenario, use the readings as the
"Soliloquy of Sigismund", of Calderón de la Barca, or "Verses on
the death of his father", of Jorge Manrique, among others, is the more
adequate for the occasion and can provide us adequate therapy.
C.
Díaz Fdez.
Oviedo,
15 de noviembre de 2011 (Oviedo, November 15, 2011)