Muchacha en una ventana (Salvador Dalí 1925)

sábado, 9 de junio de 2018

PREOCUPACIÓN POR EL NUEVO GOBIERNO EN ESPAÑA


CON LA MOSCA DETRÁS DE LA OREJA

El nuevo Gobierno de Pedro Sánchez en España
Acaba de aterrizar el nuevo y poliédrico Gobierno diseñado por Pedro Sánchez y, aunque la impresión es que su recorrido será breve y cargado de sorpresas, lo que sí parece seguro es que viene dispuesto a dejar huellas indelebles de su paso hasta donde sea capaz y pueda llegar. Aunque aún no han tenido tiempo de empezar a utilizar el BOE, lo que ya empieza a emanar de las declaraciones de intenciones de algunos miembros del estrenado Gabinete ministerial no es precisamente tranquilizador. La decisión tomada en el primer Consejo de “Ministras y Ministros” del pasado viernes, día 8 de junio, de levantar el control previo de los pagos de la Generalitat, dando así vía libre a que se utilicen recursos públicos para llevar adelante la hoja de ruta para la consecución de la independencia de Cataluña, tal como declaró, sin ambages, el actual presidente catalán, Quim Torra, junto con las declaraciones de la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, afirmando que la reforma de la Constitución es “urgente, viable y deseable” (seguramente para llevar a cabo aquella idea de Sánchez de que España es una nación de naciones) y el ofrecimiento de Pedro Sánchez a Torra de legalizar parte del Estatut que anuló el Constitucional, son asuntos muy preocupantes que suponen el primer acto de traición a los no independentistas catalanes y al resto de los españoles. La posición de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, sobre las minas y térmicas que utilizan el carbón como combustible, que ha empezado a disparar las alarmas, especialmente en Asturias, donde ya se atisban algunos cierres con el consabido efecto sobre el empleo, es otra importante fuente de preocupación hacia este neo Ejecutivo que, de continuar en esa línea, puede empezar a despertar temores y renacer nostalgias del que se tachó como ignavo y corrupto Gobierno de Rajoy, haciendo buena la conocida frase proverbial de que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Carmen Calvo Poyato
Menos mal que con la presencia de Carmen Calvo, aquella que fue ministra de Cultura en uno de los gobiernos de Zapatero, como nueva vicepresidenta de relaciones con las Cortes y ministra de Igualdad, la diversión la tenemos asegurada.  No es que, hasta el momento, haya demostrado tener grandes aptitudes como dirigente política y administradora de la cosa pública, pero, por el contrario, sí buenas cualidades como generadora de perlas, paridas y pifias. Algunas, entre muchas célebres, tales como: “El dinero público no es de nadie”. “Yo he sido cocinera antes que fraila”. “El cine ha perdido espectadores por culpa de la política hostil del PP”. “El español está lleno de anglicanismos”. “El Rocío es la explosión de la primavera en el Mediterráneo”. “Deseo que la Unesco legisle para todos los planetas”. “Un concierto de rock en español hace más por el castellano que el Instituto Cervantes”. “Las señoras tienen que ser caballeras, quijotas, y manchegas”, han provocado ríos de tinta junto con la hilaridad de unos y el bochorno de otros. Esto por no mencionar el lío que armó cuando, recién estrenado su anterior Ministerio, anunció a bombo y platillo que iba a quitar el IVA de los discos, teniendo que salir rápidamente a desdecirla un alto cargo del Gobierno ya que lo que proponía contravenía la legislación de la Unión Europea, o cuando en una de sus extravagantes manifestaciones dijo que le gustaba madrugar para poder pasar más rato en el baño: “allí leo el periódico, oigo la radio, oigo música y hablo por teléfono con alcaldes en bragas”. También es de nota cuando, manifestando que “los gestores de la cultura debemos hacer cosas llamativas” en defensa de esa cultura, indicó que aprovechando que Bill Gates viajaría a España para recoger el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional le pediría  el dominio de la “Ñ” en la red, sin saber que el organismo ICANN, responsable de conceder los dominios de Internet, no es propiedad de MICROSOFT, ni que Bill Gates tuviera intención alguna de venir a España. Fiel a su trayectoria, en esta nueva etapa política que acaba de estrenar, ya ha empezado a meter la pata confundiendo la “domótica con la robótica” y el “urbanismo con la urbanidad”. Y eso sólo para empezar. Ya veremos en que acaba.

En definitiva, aunque no es prudente realizar juicios de valor de forma anticipada y la razón aconseja conceder al nuevo Ejecutivo un tiempo prudencial para juzgar su gestión, la verdad es que lo que ya nos presenta es como para tener la mosca detrás de la oreja. El tiempo nos dirá hasta dónde llegará su zumbido y lo molesto que resulte.

C.Díaz Fernández
Oviedo, 11 de junio de 2018

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