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viernes, 9 de agosto de 2024

EL GRAN TIMO DE LA INVERSIÓN DE 250 €


Desde hace algún tiempo, circulan por las redes sociales, especialmente en “Facebook”, informaciones falsas sobre supuestas inversiones de altísima rentabilidad para las que sólo se exige hacer una modesta aportación inicial de 250 €. Hay varias plataformas que ofrecen esta, aparentemente, lucrativa inversión, aunque todas coinciden con esa exigencia inicial. Como reclamo, para convencer al incauto ciudadano, utilizan a

personajes famosos muy conocidos que, en vídeos trucados con IA, recomiendan realizar este tipo de inversiones, asegurando, en la mayoría de las ocasiones, rentabilidades mensuales de miles de euros, algo, en sí mismo, que choca con la razón más elemental. A pesar de ello, con esta táctica, el número de personas que “entran al trapo”, si se me permite el tropo, es bastante considerable, con lo que el negocio para estas plataformas es realmente seguro y lucrativo. Afortunadamente, en algunos casos, el cándido “inversor” llega a percibirse a tiempo del engaño y el quebranto económico sufrido no pasa de los 250 € iniciales; pero, lamentablemente, en otros, no escasos, las imaginarias ganancias que le presentan, día a día, con informaciones ingeniosamente trucadas, les seduce y arrastra a incrementar su participación hasta cifras que sí pueden suponer una pérdida patrimonial de cierta consideración. En todas estas hipotéticas “sociedades de inversión”, el “modus operandi” es muy parejo. Todo comienza con la aportación de los datos personales en la web a la que le conducen los “improvisados ganchos”, para que, a renglón seguido, el futuro “inversionista” reciba una llamada telefónica en la que le informarán de las fabulosas ganancias que podrá conseguir con su pequeña inversión, y, por supuesto, todo un rosario de garantías de las que va a disponer: gestor personal, información continua de la marcha de su inversión a través de una plataforma a la que accederá dirigido por el gestor, y todo lo que se les ocurra, instándole a realizar, vía tarjeta de crédito o transferencia bancaria,  de forma inmediata, sin tiempo para pensar, la contribución mínima exigida. A este respecto, cabe indicar que de contrato formal no se hace ninguna mención. Ni siquiera recibirá información escrita alguna sobre la normativa por la que se regulará su “inversión”. Todo quedará de palabra, sin más. Una vez ya dentro del sistema, el gestor personal asignado se pondrá en contacto con el “inversionista” y, tal como habían asegurado, le facilitará la URL de la página web en la que podrá ver su inversión y seguir los hipotéticos movimientos de compra y venta de activos financieros que realiza la propia plataforma, así como las ganancias que vaya obteniendo. Día a día, verá crecer sus beneficios hasta alcanzar, en poco tiempo, cifras inusitadas, y el gestor personal se mantendrá en contacto con el “inversor” de forma regular (una o dos veces por semana) para informarle de la marcha de sus activos y, eventualmente, disipar cualquier duda. Eso sí, a las pocas semanas, y a la vista de los extraordinarios resultados obtenidos, le propondrán incrementar su pequeña “inversión inicial” en algunos miles de euros, basándose, para ello, en el objetivo de conseguir aumentar de forma espectacular el rendimiento de su capital al disponer de un mayor nivel de inversión. En este punto, lo normal es que le remitan una tabla con la nueva propuesta de inversión y los “jugosos beneficios” que podría llegar a obtener, insistiendo en su empeño, con cierta vehemencia, para que participe de su recomendación. Si el incauto cae en la trampa y realiza esta nueva aportación ya está perdido. En caso contrario, dejarán de prestarle atención, distanciando, cada vez más, los contactos con su asesor personal, aunque podrá seguir viendo en la plataforma el progreso de sus “hipotéticas ganancias”. El truco lo descubrirá a la hora de intentar retirar una parte, o el todo, de esos “extraordinarios rendimientos”. Recibirá un e-mail en el que le indicarán el proceso a seguir para disponer de sus fondos, siempre en cripto activos, que es la forma en la manifiestan procederán a transferirle esos rendimientos. Le informarán de que para que el capital que solicita figure en su propia cuenta de inversiones, y el sistema de “blockchain” rastree y libere en la cadena de bloques el citado capital a la cuenta bancaria del beneficiario, este deberá emitir, previamente, una transferencia bancaria a la cuenta personal de inversiones anteriormente citada por importe de varios miles de € (normalmente el 21% de todo el capital presuntamente generado), con la promesa de que ese no es ningún tipo de pago y el “compromiso” de que ese monto le será reembolsado automáticamente por el sistema de “Blockchain”, junto con el rescate requerido. Claro que, a todo esto, puede esperar sentado, ya que, con toda probabilidad, no recibirá ni lo uno, ni lo otro.  Si ha entrado en el “sistema” y no ha caído en las dos trampas que le han preparado, puede considerarse acertado y, de alguna manera, afortunado. Sólo habrá perdido 250 €, algo que, vivida la experiencia, puede que le sea útil para el futuro.

Certifico que todo lo anteriormente indicado es rigurosamente cierto y, sorprendentemente, sin que las autoridades, al menos de forma aparente, estén tomando cartas en el asunto. Es el nuevo truco de nuestro tiempo, el que parece haber venido a sustituir a los ya viejos conocidos, tales como “El Tocomocho”, “La Estampita”, “El Nazareno” y otros, que se han mantenido durante muchos años, con grandes rendimientos para sus autores y tremendas decepciones para los timados, y que, curiosamente, aún, esporádicamente, causa alguna víctima.



Aprovechando este espacio que generosamente la Nueva España cede a sus lectores, quiero hacer denuncia pública de todas estas prácticas fraudulentas que están provocando la desazón en muchos ciudadanos que, inocentemente, llevados por informaciones manipuladas, han creído que aún es posible una reedición del milagro de la multiplicación de los panes y los peces. La única pretensión de este escrito es la de evitar que siga habiendo víctimas propiciatorias derivadas de este truco, aunque ello sea algo realmente difícil de lograr. Pero, aún así, con que se evite un único caso de fraude, ya estaría suficientemente justificado.


Oviedo, a 9 de agosto de 2024
C. Díaz Fdez.


NOTA: Es copia de la carta remitida, con la misma fecha, al diario  LA NUEVA ESPAÑA de Oviedo (Asturias - España).- Publicada en el diario citado, con fecha 19 de agosto de 2024; página 31: 

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